Créditos

Autoría: Sandra García Bueno

Fecha de creación: 10/11/2013

domingo, 10 de noviembre de 2013

LOS 400 GOLPES, FRANÇOIS TRUFFAUT (1959)


  "Con sólo doce años, Antoine Doinel se ve obligado no sólo a ser testigo de los problemas conyugales que sus padres no se atreven a afrontar, sino también a soportar las exigencias de un severo profesor. Un día, asustado porque no ha cumplido un castigo que el maestro le ha impuesto, decide hacer novillos con su amigo René. Inesperadamente, ve a su madre en compañía de otro hombre; la culpa y el miedo lo arrastran a una serie de mentiras que poco a poco van calando en su ánimo. Deseando dejar atrás todos sus problemas, sueña con conocer el mar y traza con René un plan para escaparse."- Filmaffinity





El primer largometraje de François Truffaut establece los inicios de la nouvelle vague, que aquí ya hace gala de todas sus características: las tomas largas (heredadas de su paisano Jean Renoir), la puesta en escena austera, los silencios, y la crítica social. Truffaut pone todas las cartas sobre la mesa en esta historia autobiográfica protagonizada por su alter ego Antoine Doinel (personaje que recuperará en cintas posteriores), un niño parisino que se ve forzado a la delincuencia.



Esta forma de hacer cine basada en la economía de recursos y la improvisación en teoría debería dar como resultado algo más ensayístico y frío, alejado de la fastuosidad de Hollywood. Sin embargo, lo que Truffaut demuestra es que la magia del cine no sólo se encuentra en los sets de rodaje ni en las cabezas calientes: las aventuras y desventuras de Antoine se viven de cerca, y los sentimientos están a flor de piel. De hecho, esta forma de rodar nos acerca al realismo (por alguna razón, la cámara al hombro provoca la sensación de veracidad), algo que no afecta negativamente al relato sino que lo potencia. Los 400 Golpes es una historia sobre la infancia, sobre la pérdida de la inocencia y el enfrentamiento al mundo real, y para ello necesitamos un acercamiento sincero, necesitamos a alguien que se coloque a la altura de Doinel, no que lo observe desde arriba.


Nuestro protagonista vive en una familia disfuncional donde cada uno tiene sus deseos y sus frustraciones. La escuela es opresiva e intransigente, y la imaginación de Antoine es coartada y castigada. En el fondo, es un ser libre que se siente atrapado, y todos los esfuerzos por alcanzar su individualismo parecen ser inútiles. La crítica de Truffaut es evidente, y concluye dando una nota agridulce: la impresionante secuencia final, en la que Antoine huye corriendo hasta llegar a la playa, muestra cómo alcanza al fin la libertad, aunque no durará mucho tiempo (volverá a ser atrapado y encerrado). El director termina congelando el fotograma, intentando que ese momento efímero dure eternamente. Un último fotograma vibrante, lleno de significado.












FICHA TÉCNICA

Título original: Les Quatre cents coups.
Año: 1959
Director: Francois Truffaut
Guión: Francois Truffaut y Marcel Moussy
Director de fotografía: Henri Decae 
Montaje: Marie-Josephe Yoyotte
Música: Jean Constantin
Locaciones: Paris-Honfleur
Elenco: Jean-Pierre Leaud (Antoine Doinel)
Patrick Aufay (Amigo de Antoine llamado René Bigey)
Albert Rémy (Padre de Antoine)
Claire Maurier (Madre de Antoine)
Personajes secundarios realizados por personalidades del cine o amigos del medio:
Jean Moreau (Mujer con perro)

Jacques Demy (un policía)

PALMARÉS

1959: Nominada al Oscar: Mejor guión original
1959: Festival de Cannes: Mejor director
1959: New York Film Festival: Mejor film extranjero

1959: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera


WRITTEN BY Sr.ROJO©

NO MATARÁS, KRZYSZTOF KIESLOWSKI (1988)

"Varsovia. Un taxista está lavando su coche. Jacek, un joven campesino de mirada turbia, vaga por la ciudad. Piotr, un estudiante de derecho, se prepara para hacer su último examen. Sus destinos se cruzan cuando Jacek coge un taxi para ir a los suburbios de la ciudad, donde asesina brutalmente al taxista golpeándolo con una piedra." - Filmaffinity






Esta película del director polaco, que le llevó a la fama fuera de su país, es una ampliación del quinto capítulo de su famoso Decálogo televisivo. Junto con No amarás, compone el Decálogo fílmico. Ambas películas son una total delicia, pero No matarás me resultó más impactante por ser algo a lo que este genio no me tenía acostumbrada. 

No matarás es una película desagradable. La fotografía de Slavomir Idziar -uno de los trabajos más importantes de su carrera, como él mismo ha afirmado- ennegrece los contornos de la imagen, cerrando el encuadre en una forma circular, y lo llena todo de colores verdes, amarillos y marrones, que le dan a las imágenes una apariencia sucia y maloliente. En la cruda escena en la que el protagonista asesina al taxista, de unos 10 minutos de duración, la cámara no se retira en ningún momento y no da respiro al espectador, que ha de contemplar la brutalidad más extrema del ser humano. Lo mismo ocurre en la escena en la que el asesino es asesinado, aunque esta vez el público ha de contemplar la brutalidad de lo que llamamos "justicia". Numerosos símbolos que presagian la muerte -cucarachas muertas, ratas ahogadas, gatos ahorcados por niños- acrecientan aún más esta sensación de decadencia y generan en el espectador una mueca de asco. 

Todo repugna en esta película, porque repugnante es lo que retrata: una sociedad enferma que lleva a la desesperación, a una desesperación no comprendida y teóricamente injustificada, pues todo a nuestro alrededor es perfecto -o eso nos hacen creer-.


La búsqueda de no se sabe qué y el hecho de nunca encontrarlo -lo cual ocurre a cualquier ser humano en esta sociedad- llevan a Jacek al asesinato sin sentido, a herir  a cualquiera, pues no sabe quién le está atacando de esa forma tan atroz. 






Pero Jacek no se nos muestra de una manera que pueda conmover o apenar al público. Jacek se muestra como lo que es: un brutal asesino. No puede conmover, pues es un producto de una sociedad degenerada y, precisamente por ello, está igualmente degenerado. Tampoco produce ninguna simpatía la figura del taxista, sólo sabemos que su muerte es injusta. El único personaje mínimamente bondadoso parece ser Piotr, el joven abogado; sin embargo, fracasa en el juicio y se siente frustrado, pues una figura bondadosa no puede medrar en esta sociedad.

Y, ¿cómo reacciona la justicia ante todo esto?. La justicia, teniendo en cuenta el modo en que está construida la sociedad en que vivimos, es la que le da lógica y sentido a todo, la que marca las directrices morales y nos proporciona un sólido sostén cuando no queda nada en lo que creer. He aquí su respuesta ante el asesinato: 



¿Qué nos queda, entonces?






FICHA TÉCNICA: 

Dirección: Krzysztof Kieslowski
País: Polonia
Año: 1988
Duración: 84 mins.
Género: drama
Intérpretes: Miroslaw Baka (Jacek), Krzyzstof Globisz (Piotr), Jan Tesarz (Taxista), Zbigniew Zapaciewicz, Barbara Dziekan, Aleksander Bednarz, Jerzy Zass, Zdzislaw Tobiasz, Artur Barcis, Krystyna Janda. 
Guión: Krzysztof Kieslowski y Piesewicz Kieslowski. 
Producción: Ryszard Chutkowski.
Vestuario: Hanna Cwiklo y Malgorzata Obloza.


PALMARÉS:


1998: Festival de Cannes: Premio del Jurado y Premio FIPRESCI